El Gobierno español ha decidido descartar definitivamente el proyecto de construir un almacén nuclear centralizado en Villar de Cañas (Cuenca). Esta decisión implica consecuencias financieras significativas para Enresa, la empresa estatal encargada de la gestión de residuos radiactivos, que ha provisionado 82,5 millones de euros debido a la pérdida de valor de los activos vinculados al proyecto de Villar de Cañas.
El nuevo enfoque del Gobierno implica la construcción de siete almacenes de residuos nucleares, uno en cada central nuclear, en lugar de un único cementerio nuclear centralizado. Además, se planea mantener los residuos nucleares en cada central después de su cierre hasta que se construya un almacén geológico profundo para su disposición permanente en 2073.
Esta decisión se produce después de años de retrasos y disputas políticas, y se basa en la falta de consenso social, político e institucional para la ubicación del cementerio nuclear centralizado.