El Gobierno de España ha dado luz verde al inicio del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña, que ha estado inactiva desde julio de 2012. Este lunes se publicó una orden ministerial que autoriza la transferencia de su titularidad de Nuclenor, empresa propiedad de Endesa e Iberdrola, a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), así como el comienzo de los trabajos de desmontaje. Con este anuncio, Garoña se convertirá en la tercera central nuclear española en ser desmantelada, siguiendo los pasos de Zorita, en Guadalajara, y Vandellós I, en Tarragona.
El proceso de desmantelamiento cuenta con la aprobación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y se espera que concluya en 2033. Se calcula que el costo de este proyecto sea de 475 millones de euros, sin incluir la gestión del combustible gastado, y se espera que hasta 350 personas trabajen simultáneamente en los trabajos.
El desmantelamiento se llevará a cabo en dos fases. Durante la primera (2023-2026), se desmontarán los sistemas, estructuras y componentes del edificio de turbina, se realizarán las modificaciones necesarias en sistemas e instalaciones para la gestión de los residuos, y se trasladará el combustible de la piscina al almacén temporal de la central. Posteriormente (2027-2033), se procederá al desmantelamiento final de los edificios, se llevarán a cabo las descontaminaciones, desclasificaciones y demoliciones, y finalmente se restaurará el emplazamiento.
La central de Garoña, inaugurada en 1971, contaba con una capacidad de 466 megavatios. Desde su desconexión de la red eléctrica en 2012, Endesa e Iberdrola comunicaron su decisión de no seguir explotándola. Aunque se solicitó una renovación de autorización en 2014, esta fue denegada en 2017.