La capacidad mundial de generación nuclear se duplicará hasta los 792 GWe en 2050, frente a los 393 GWe de 2020, según el escenario de las últimas proyecciones del OIEA. En comparación con la previsión del año pasado la estimación se ha revisado al alza en algo más del 10 %, siendo la primera vez desde el accidente de Fukushima de 2011 que esto ocurre.
El informe presenta sus proyecciones de capacidad de generación eléctrica nuclear como estimaciones bajas y altas.
En la hipótesis baja, la capacidad mundial de generación nuclear disminuirá un 7 % aproximadamente hasta 2030 y luego se recuperará hasta alcanzar el mismo nivel actual, 392 GWe, en 2050. En la hipótesis alta, la capacidad nuclear aumenta aproximadamente un 20 % hasta 2030 y se duplica con creces hasta 2050 en comparación con la capacidad de 2020. Sin embargo, en ambos escenarios se espera que la proporción de la energía nuclear en la capacidad total de generación disminuya en 2050.
El OIEA afirma que la realización de su escenario de alto nivel requerirá acciones significativas, incluyendo una implementación acelerada de tecnologías nucleares innovadoras, como los pequeños reactores modulares y los reactores avanzados, si bien el cambio en sus perspectivas anuales para la energía nuclear «no marca todavía una nueva tendencia, pero se produce en un momento en el que el mundo pretende alejarse de los combustibles fósiles para luchar contra el cambio climático». Señaló que muchos países están considerando la introducción de la energía nuclear para impulsar la producción de energía fiable y limpia. «Los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París de 2015 podrían apoyar el desarrollo de la energía nuclear si las políticas energéticas y los diseños de mercado necesarios facilitan las inversiones en tecnologías despachables y bajas en carbono».
«Las nuevas proyecciones del OIEA muestran que la energía nuclear seguirá desempeñando un papel indispensable en la producción de energía con bajas emisiones de carbono», ha afirmado el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi. «Las conclusiones del informe representan un signo alentador de la creciente concienciación de que la energía nuclear, que no emite dióxido de carbono durante su funcionamiento, es absolutamente vital en nuestros esfuerzos por alcanzar las emisiones netas cero”.
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