El rechazo en España a la energía nuclear puede hipotecar al país durante décadas

Aunque las grandes organizaciones nucleares españolas aplauden la decisión de la UE de considerar la energía nuclear como sostenible, la deriva política española al respecto hace que el futuro de la misma no sea tan halagüeño como en otros países de nuestro entorno pues, en nuestro país, la taxonomía no supone un cambio en el calendario previsto de cierre de las centrales españolas, que seguirán funcionando hasta que en el 2027 comiencen a parar y en 2035 cierre la última de ellas.

Héctor Domínguis, como presidente de la SNE confirma que la resolución de la UE no va a suponer un cambio porque la votación parlamentaria «no obliga a nada” y añade que mientras en Europa se ha impuesto la ciencia al pensamiento político, en España ocurre lo contrario: el discurso ideológico impide que se vean las pruebas científicas que validan la sostenibilidad y la eficiencia de la energía nuclear.

En España, las centrales no son viables porque hay una presión fiscal desorbitada sobre las mismas. «Por eso pedimos que se genere un marco regulatorio que haga que la nuclear funcione 20 años», exclama Dominguis.

Los estudios científicos demuestran que la nuclear es igual de sostenible que las energías renovables por lo que es una opción energética del futuro, por su nula emisión de CO2 y una opción real para luchar contra el cambio climático.

La nuclear hoy en día es «imprescindible» porque «no es posible tener un sistema energético competitivo sin ella». «Cada vez son más los países que apuestan por ella y si queremos asegurar el suministro necesitamos la nuclear», agrega Dominguis.

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