El gobierno de la prefectura de Shimane ha aprobado reactivar uno de sus reactores nucleares, del mismo tipo que los de Fukushima, y que podría ser el primero de ese tipo en entrar en funcionamiento desde el accidente.
La aprobación se produce dos días después de que un tribunal paralizara la puesta en marcha de una planta atómica en Hokkaido, un nuevo revés judicial para los planes del Gobierno de ampliar la generación de energía atómica tras el apagón posterior a la crisis de Fukushima.
Japón reanudó en 2015 su primer reactor tras la crisis. Desde entonces, 10 han vuelto a operar, 8 han obtenido permiso y 10 están bajo inspección. Otros 8 no han iniciado las solicitudes y 21 han sido desmantelados.
Dos reactores de agua en ebullición han recibido el visto bueno para operar, pero ninguno ha sido reactivado por el momento, lo que dificulta el objetivo del Ejecutivo nipón de que las plantas atómicas aporten entre el 22 y el 24 % de su mix energético para su meta de descarbonización en 2030.
Por otra parte, el Gobierno ha aprobado reabrir a residentes permanentes una zona de Fukushima considerada de “difícil retorno” y que llevaba cerrada por contaminación radiactiva desde la crisis nuclear de marzo de 2011.
Por el momento, alrededor de 337 kilómetros cuadrados de terreno siguen sujetos a la clasificación de “zona de difícil retorno”.
El Gobierno anunció en 2020 un plan de descontaminación en las zonas de exclusión con la idea de que los antiguos residentes puedan regresar en la presente década, pero la perspectiva sobre las zonas de no retorno sigue sin estar clara. Unas 21.000 personas continuaban en marzo de 2021 sin poder regresar a sus hogares debido a las órdenes de evacuación aún vigentes en esa fecha, según los últimos datos oficiales disponibles.