La Unión Europea deberá realizar inversiones masivas en infraestructuras energéticas para cumplir con sus objetivos climáticos y garantizar una economía descarbonizada en las próximas décadas. Un análisis de la Comisión Europea confirma que podrían superar los 1,4 billones de euros hasta 2040.
La mayor parte de estas inversiones se dirigirá a la infraestructura eléctrica, que absorberá el 79% del total de fondos, 730.000 millones de euros, debido al crecimiento de las energías renovables y la electrificación de sectores clave como el transporte y la calefacción. A nivel nacional, el desarrollo de infraestructuras de transmisión requerirá 472.000 millones de euros, de los cuales 130.000 millones se destinarán a interconexiones transfronterizas y conexiones en alta mar.
Por su parte, Alemania, Francia y los Países Bajos concentran el 53% del total de inversiones previstas, mientras que Europa Central y del Este tiene un acceso limitado a datos sobre proyectos planificados, con cifras muy por debajo del resto del continente.
Además del sector eléctrico, la infraestructura del hidrógeno desempeñará un papel clave en la transición energética de la UE. Se estima que la inversión en este sector alcanzará los 170.000 millones de euros entre 2024 y 2040, con un enfoque en la construcción de 24.162 kilómetros de nuevos gasoductos de hidrógeno y la reconversión de 14.039 kilómetros de ductos existentes.
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