Los niveles de los gases que más calientan el planeta en nuestra atmósfera aumentaron a un ritmo más rápido que cualquier otro registrado el año pasado, según afirman los científicos, dejando un objetivo climático global clave en peligro. Las emisiones de combustibles fósiles alcanzaron niveles récord, mientras que el mundo natural luchaba por absorber la mayor cantidad posible de CO2 debido a factores como los incendios forestales y la sequía, por lo que se acumuló más en la atmósfera.
La Oficina Meteorológica ha asegurado que el rápido aumento del CO2 es «incompatible» con el compromiso internacional de intentar limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, un ambicioso plan que se acordó en una reunión de la ONU en 2015.
La semana pasada se confirmó que 2024 fue el año más caluroso registrado y el primer año en el que las temperaturas medias anuales fueron 1,5 °C superiores a los niveles preindustriales. Esta circunstancia no rompió el tratado de París, que es un objetivo a largo plazo, pero los continuos aumentos del CO2 atmosférico están muy presentes.
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