Mirar hacia adelante
Ha pasado una semana desde que nos empezaron a llegar las imágenes de los pueblos y ciudades valencianas convertidas en ríos sin control. La noche del martes se hizo muy larga, pero el amanecer del miércoles reveló una realidad todavía más devastadora. La magnitud de lo sucedido necesita ahora de mucho músculo y también de otra tanta reflexión y análisis. Es imposible no pensar en las pérdidas, en las vidas, en el punto y aparte que ha supuesto para muchas personas este fatídico 29 de octubre. Es imposible no ver la solidaridad, la fuerza de cubos y escobas en manos de voluntarios, el trabajo incansable de fuerzas y cuerpos de seguridad y el fango, mucho fango, demasiado fango. Fango que embarra calles y embarra la propia realidad.
Levantar la mirada en las calles de Paiporta, Catarroja, Albal, Benetússer, Sedaví, Torrent y hasta 71 pueblos con sus casi 800.000 habitantes, lleva necesariamente a fijarse en una línea en la pared, una línea de la marca fatídica del agua que arrasó con todo a su paso. Esa marca perdurará para siempre, pero, además de acompañar en el dolor y el sentimiento de todos los que están pasando por esta situación, desde aquí queremos trasladar a nuestros socios, a nuestros amigos y a todos los vecinos de las localidades afectadas, un mensaje de esperanza.
Un mensaje en positivo para mirar por encima de esa línea, apoyándonos en la solidaridad y la fuerza de las personas para volver a creer en el futuro. Creer en un mañana que, sin duda, llegará. Reconstruir, repensar, aprender de lo sucedido para que no se repita jamás y, por supuesto, mantener en la memoria todas las vidas que se perdieron en esa noche de agua, miedo y fango.
Desde todos los corazones de la Sociedad Nuclear Española os mandamos un cálido abrazo y una mirada, después de tanta oscuridad, hacia un horizonte de luz.