Con motivo del próximo cierre de la central nuclear de Almaraz, una decisión ya tomada por el Gobierno a pesar de que el PSOE y el PP de la región tratan de evitarlo, El Español ha publicado un editorial profundizando sobre esta clausura de la planta cacereña, “la más eficiente de las cinco del país y una de las principales de Europa”, que supondría un suicidio energético y económico.
El cierre de la central, la primera víctima del apagón nuclear, entre 2027 y 2028, “solivianta justamente a una tierra tan desfavorecida como Extremadura, que perderá los 2.900 empleos y los 97 millones de euros generados por la unidad”.
“Es un dislate al que no asiste ninguna razón científica, motivado únicamente por el dogmatismo ideológico que informa la transición energética del Gobierno. Porque si realmente el Ejecutivo quisiera cumplir con sus compromisos de descarbonización, no estaría yendo a contracorriente del resto del mundo, que considera la nuclear una energía verde imprescindible para reducir la huella de consumo energético, lograr los objetivos de neutralidad en carbono y alcanzar la independencia energética”, agrega.
Además, el editorial valora que “el impacto de cerrar las centrales nucleares va mucho más allá del incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero que propiciará: supone también un suicidio energético y económico”.
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