El gobierno sueco ha renovado el Consejo de Administración de la empresa energética estatal Vattenfall, excluyendo a dos opositores a la energía nuclear, en una decisión que simboliza una política energética centrada en la reactivación del átomo.
La decisión forma parte de la ambición del gobierno de garantizar que Suecia vuelva a tener un suministro de electricidad estable y predecible, según la ministra sueca de Finanzas, Elisabeth Svantesson.
Dentro de la coalición gobernante, los tres partidos en el gobierno y su aliado de extrema derecha están de acuerdo en acelerar la construcción de nuevos reactores nucleares.
La electricidad sueca está casi totalmente descarbonizada, impulsada por un 30% de energía nuclear, un 45% de energía hidráulica y un 15% de energía eólica. Los seis reactores en funcionamiento se pusieron en marcha en los años 80, y se espera que continúen hasta que nuevos reactores los sustituyan dentro de unos diez años.
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