Una tesis doctoral de la Universidad de Córdoba mediante el uso de datos recogidos durante 17 años ha confirmado que los vertidos de aguas provenientes de la central de Trillo no afectaron a la calidad del ecosistema acuático de la zona en la cuenca alta del río Tajo.
La tesis, defendida por la doctora Rosa Argüelles Sánchez, del grupo de investigación de la UCO ‘Bioingeniería de residuos, Ingeniería verde (RNM-271)’ y dirigida por María de los Ángeles Martín Santos, catedrática de Ingeniería Química de la UCO, y por el investigador Manuel Toledo Padrón, ha integrado varios indicadores medioambientales para evaluar el impacto que la central produce sobre el ecosistema acuático.
A lo largo de 17 años (entre 1992 y 2008), se han recogido muestras de agua, sedimentos, algas y peces de cuatro puntos diferentes del río situados tanto aguas arriba de la instalación nuclear como aguas abajo, incluyendo un punto, a diferentes profundidades, situado en el embalse de Entrepeñas y se analizaron tanto factores físicos (como el pH o la temperatura), como químicos, incluyendo, por un lado, metales como el hierro o el aluminio; y por otro lado, radionucleidos como el estroncio, el cobalto o el tritio, entre otros.
Los resultados han demostrado, como afirma Martín Santos, que la calidad de las aguas del río Tajo «no resultaba afectada como consecuencia de las aguas vertidas provenientes de la central nuclear», sino que «se mantenía dentro de los parámetros marcados por la legislación europea, por lo que su uso era adecuado para actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería”.
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