Alcaldes de una treintena de municipios del entorno de la central nuclear de Almaraz, así como el PP de Extremadura, se han reunido este martes ante la central por considerar que la planta no puede cerrarse por un “capricho ideológico” de Pedro Sánchez que acabaría con el medio de vida de tres mil familias de la comarca del Campo Arañuelo.
El objetivo es prolongar la actividad de la instalación energética más allá de 2028, fecha en la que el Gobierno prevé su cierre. El portavoz del PP extremeño, José Ángel Sánchez Juliá, ha asegurado que protesta defender “los intereses de los extremeños y el medio de vida de muchas familias y de las industrias de la región”. Y es que, según han reclamado, no es solo una cuestión de región, sino también de Estado.
Sánchez Juliá se ha preguntado “qué pasa por la cabeza del presidente del Gobierno” cuando el resto de países habría abandonado, según el PP, los planes de cierre de centrales. Su importancia es más que notable. Almaraz produce el 7 % de toda la energía que se consume en España, además de aportar 450 millones de euros de recaudación a las arcas públicas.
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