Seguridad y garantía de suministro

Hoy en día, la energía nuclear es necesaria para cubrir la demanda eléctrica en España en cualquiera de los escenarios de transición energética. RESUMEN
  • Una parte sustancial de la generación eléctrica debe ser segura y fiable, inmune a circunstancias externas a corto y largo plazo, requisitos que cumple la energía nuclear
  • La energía nuclear reduce en España el alto grado de dependencia energética del exterior
  • El proceso de transición energética se debe realizar en base a premisas realistas, para ello es importante contar con la aportación, libre de CO2, de nuestras centrales nucleares.
  • Un factor de carga muy elevado permite al parque nuclear español superar el 21% de la producción eléctrica, con una potencia instalada inferior al 7%

GENERACIÓN ELÉCTRICA Y DEMANDA

La energía eléctrica es un bien de primera necesidad esencial para el desarrollo de otras muchas actividades, y con una importancia cada vez mayor en un contexto de transición hacia procesos productivos con bajas emisiones de gases de efecto invernadero. El aumento de la generación renovable, especialmente eólica y solar ha contribuido al descenso de emisiones, pero ambos recursos tienen carácter intermitente y son poco predecibles a corto plazo, siendo necesario contar con fuentes más fiables que aporten estabilidad a la red. La generación y el consumo de energía eléctrica componen un equilibrio que, con las limitadas posibilidades de almacenamiento de la energía eléctrica, no siempre es fácil de mantener.  

ENERGÍA DE BASE

Una parte sustancial de la generación eléctrica debe ser segura y fiable, garantizando el suministro eléctrico de manera continuada y cubriendo la demanda sin verse afectada por circunstancias externas. Esta energía de base permite reducir la incertidumbre de la red eléctrica de un país. Se define factor de carga como el cociente entre la energía generada en un período de tiempo y la que habría generado esa instalación funcionando al 100% de su capacidad. Con un factor de carga de 90,1% el parque nuclear español acumuló una producción neta de 55,8 TWh en 2019, que corresponde al 21,4% del total generado.  Todo ello, con una potencia neta instalada del 6,47%  

DEPENDENCIA DEL EXTERIOR

España tiene un alto grado de dependencia energética del exterior, muy por encima del promedio de la Unión Europea. El saldo comercial de productos energéticos en 2019 arrojó un volumen de exportación de unos 3.600 M€, frente más de 11.000 M€ en importaciones. El uso de combustibles fósiles plantea, además de problemas medioambientales, una fuerte dependencia de unos recursos, que en su mayor parte proceden otros países. Esta dependencia incide de manera sustancial en el precio de la energía y afecta a la disponibilidad a largo plazo. No se trata solo de las incertidumbres propias del mercado exterior como son el cambio de divisa, los aranceles o las políticas comerciales de otras regiones, sino también las derivadas de cualquier conflicto internacional que pueda afectar a ese comercio. Así ha ocurrido durante décadas con el petróleo y sus derivados. Hoy en día la mayor parte del uranio utilizado en reactores de países de la Unión Europea procede de Rusia, Canadá, Australia, Níger y Kazajstán. Por otro lado, en torno al 40% de las reservas de Uranio están en países de la OCDE. El coste del uranio es menos del 5% del coste de la producción de electricidad de origen nuclear, lo que permite oscilaciones en el mercado del combustible sin apenas repercusión en el coste del suministro eléctrico. La alta densidad de energía del combustible nuclear permite el almacenamiento en fábrica de cantidad suficiente como para asegurar la operación de todo el parque nuclear español durante años. A partir de ese uranio, la fabricación y suministro de los elementos combustibles a la mayor parte de centrales nucleares españolas lo realiza la empresa pública ENUSA. Desde un punto de vista global, las reservas de uranio, en cualquiera de los escenarios previsibles, son suficientes para acompañar el proceso de transición energética. Estos factores garantizan el suministro de energía eléctrica de origen nuclear a medio y largo plazo.  

ENERGÍA COMPETITIVA Y MUY REGULADA

Todo lo anterior sería insuficiente si no se tratara de una energía limpia, fiable, competitiva y muy regulada en nuestro entorno. Las centrales nucleares españolas llevan décadas produciendo electricidad con unos costes muy competitivos y bajo unos estándares de calidad y seguridad muy exigentes.  

A CORTO Y MEDIO PLAZO NO ES POSIBLE PRESCINDIR DE LA ENERGÍA NUCLEAR SI EL OBJETIVO ES UN SUMINISTRO ELÉCTRICO ESTABLE Y SEGURO

El proceso de transición energética se deber realizar de manera urgente en base a unas premisas realistas. El tiempo necesario para instalar potencia adicional de origen renovable y el aumento previsible de la demanda de energía eléctrica a medio plazo, plantean un panorama muy complejo, incluso contando con la generación nuclear. Garantizar el suministro de energía eléctrica en cualquier circunstancia, sin la contribución de las centrales nucleares daría lugar a un aumento de generación térmica basada en combustible fósiles y por tanto de las emisiones de gases de efecto invernadero. Si el escenario previsto es la sustitución de nuclear por renovables, hay que considerar los costes de infraestructura y regulación, inherentes a una transición que se basa en nuevas instalaciones de generación. Prescindir de la energía nuclear a medio plazo, haría inviable cumplir con los objetivos de emisiones, y más si se quiere garantizar el suministro y mantener unos costes razonables.  
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