Las centrales nucleares, en general, cambian un tercio de los elementos combustibles del reactor en cada recarga, que se produce tras un período de operación entre 18 y 24 meses, dependiendo del diseño del núcleo y el porcentaje de enriquecimiento del U235.
Un reactor de agua a presión (PWR) contiene unos 160 elementos combustibles, de los que en cada recarga se cambian aproximadamente 50 por otros nuevos, mientras que los 50 más antiguos pasan a la piscina de combustible gastado.
Una vez finalizadas las operaciones de mantenimiento que se realizan en una recarga, y con el núcleo renovado, se inicia un nuevo ciclo de operación.