Lo que emanan las torres de refrigeración de las centrales nucleares ni es humo, ni es radiactivo. Se trata de vapor de agua producido debido a la refrigeración del agua del sistema terciario. Es decir, es el agua del río, de estanque o de mar que refrigera el condensador de la central para que el vapor que acciona la turbina se convierta de nuevo en agua con el objetivo de volver a su lugar de procedencia con menos temperatura, minimizando el posible impacto térmico en el ecosistema.
Por todo lo anterior, no es más que vapor de agua. No es radiactivo, ya que no tiene contacto con la radiactividad, ni es humo, ya que no procede de una combustión como en los casos del gasóleo, fuel, gas natural o carbón. De este modo, las centrales nucleares son productoras de electricidad sin emisiones de gases de efecto invernadero.