Esta respuesta es muy difícil de responder por varios motivos:
- En el precio final de una energía afectan factores ajenos a la misma, como los impuestos, tasas de transporte y distribución que dependen del país y el momento, por lo que estos factores deben obviarse.
- Lo “barata” o “cara” que sea una tecnología de generación de energía solo se puede medir en relación a las tecnologías con las que convive, por lo que esto solo se sabrá con seguridad cuando la tecnología esté disponible.
- Como la tecnología de fisión, la abundancia de materia prima y la enorme densidad de energía, prometen precios asequibles.
- A lo anterior se puede sumar las menores exigencias en términos de seguridad y gestión de residuos.
Como con la tecnología de fisión, es de esperar que la mayor parte del coste se relacione con la inversión, por lo que además de previsiblemente competitivo, el precio será estable.