Los residuos de las centrales nucleares están gestionados adecuadamente, según establece la ley. Las centrales nucleares generan residuos radiactivos de baja y media actividad que se almacenan en las instalaciones de ENRESA en El Cabril, al igual que los de unas 20.000 industrias, y que a los 300 años ya pueden ser desclasificados.
Los elementos combustible usados se almacenan en estos momentos de forma segura en las centrales y, en el futuro, está previsto que se alojen en un Almacén Temporal Centralizado (ATC).
El reprocesamiento de combustible usado es una opción adicional. No todos los países disponen de esta tecnología, que no eliminaría la necesidad de un almacenamiento para el combustible usado, pero sí reduciría su volumen.
Las previsiones realizadas por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) en el Sexto Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR) aprobado en julio de 2006, estiman que la producción total de combustible usado será de 6.674 toneladas de uranio metal, lo que significa un volumen de unos 13.000 metros cúbicos.
En la realización de estas estimaciones se ha considerado como escenario que no se producirá una variación en el actual parque nuclear, de ocho reactores en seis emplazamientos, con un período de vida de cada instalación de cuarenta años, desde su puesta en marcha hasta su parada definitiva.
Aunque no se cierra la posibilidad del reprocesado en el extranjero, en el referido PGRR se contempla que el combustible gastado, una vez sacado del reactor, pasa a ser considerado residuo radiactivo de alta actividad, que tras su estancia en la piscina de la propia central nuclear será depositado en un almacén centralizado. El Plan apuesta por crear un Almacén Temporal Centralizado, ATC, para albergar el combustible gastado antes de 2010 y continuar con las investigaciones que se están llevando a cabo y que se centran en la Separación y Transmutación (S-T) y en el Almacenamiento Geológico Profundo (AGP).