La seguridad de una central nuclear durante su operación se mantiene con varios sistemas.
El control de la operación se basa en seguir la potencia del reactor y en regular su reactividad (coeficiente de aceleración de la reacción nuclear). Para ello, el sistema de instrumentación y control del reactor determina el valor de todas las variables de la operación, como son el flujo neutrónico, la temperatura del refrigerante, caudal, presión, etc., limitando sus valores y regulándolos mediante la concentración de boro en el refrigerante y las barras de control.
Además, existe el sistema de protección del reactor cuyo fin es la parada instantánea del reactor mediante una inmediata inserción de las barras de control ante una indicación de que algún parámetro del reactor tiene un valor fuera del intervalo previsto.
Junto con estos sistemas, la seguridad durante la operación de la central está complementada con la inspección, vigilancia y comprobación periódicas de dichos sistemas, equipos y componentes, mediante ensayos previamente programados. A este respecto se realiza la denominada inspección en servicio, que de forma mecanizada y con robots verifica periódicamente el estado de las soldaduras de la vasija y de las tuberías del circuito de refrigeración principal.
Durante todo el período de explotación existe también un plan de vigilancia radiológica ambiental, tanto en el emplazamiento de la central como en los alrededores.
Básicamente consiste en:
- Toma de datos de dosis en las estaciones ambientales seleccionadas.
- Toma de muestras de la fauna y la flora de la zona.
- Toma de muestras de agua, aire y leche.
- Preparación y recuento radiológico de las muestras.
- Evaluación radiológica y cálculo de dosis acumuladas.